lunes, 4 de febrero de 2013

el que no arriesga, no gana


“El que no arriesga, no gana”

 

Por Elisa Gómez Vázquez

 

 

 

“…Si quieres ser Matusalén vigila tu colesterol, si tu película es vivir cien años, no lo hagas nunca sin condón.

  Es peligroso que tu piel desnuda roce otra piel sin esterilizar, que no se infiltre el virus de la duda en tu cama matrimonial,

y si en tus noches falta sal, para eso está el televisor...

 

Joaquín Sabina, cantautor andaluz.

 

 

 

Resumen: el siguiente texto plantea la concepción de la palabra “riesgo” en el contexto de la globalización. Menciona las ideas y propuestas de autores como Antony Giddens y Milton Santos, así como argumentos de Albert Einstein. El desamparo de la población ante la incertidumbre y la difícil ponderación del daño.

Palabras clave: riesgo, riesgo externo, riesgo manufacturado, principio precautorio, seguro, alarmismo.

Summary: The following article shows the concept of the word "risk" in the context of globalization. It mentions the ideas and proposals of authors as Antony Giddens and Milton Santos and arguments of Albert Einstein. The helplessness of the population due to the uncertainty and the difficult balancing of harm.


Keywords: risk, external risk, manufactured risk, precautionary principle sure, alarmism.

 

 

 

Las noticias llegaron esta mañana a mi teléfono celular, las estadísticas dicen que este año, en el estado de Jalisco,  nacerán 148 mil personas, y morirán 42.7mil (Unonoticias/COEPO). No dicen si los que se mueren este año, seremos tú o yo. Sin certezas, solo probabilidades: accidentes automovilísticos, asesinatos, cánceres, infartos, dengues, etc. Entonces, por principio precautorio no debo subir a mi auto si no quiero morir en él o por él; no debo salir a la calle; debo cuidar que lo que como esté esterilizado, que no tenga ninguna alteración química,  o  portar un cubre bocas si pienso abrir la ventana; si no quiero divorciarme, empezaré por no casarme,  me bañaré  con agua purificada para no perder el cabello, y  así sucesivamente.

 

A la mayoría nos desanima la impotencia ante las problemáticas globales que se hacen individuales (desastres ambientales, inflación, daños sanitarios, etc.), y más al ver que a nadie en el mundo le importa la desgracia individual ¿Qué tanto esas problemáticas son una paranoia? ¿hasta qué punto son exageraciones, y hasta qué punto nos están matando?

 

Anthony Giddens[1] (2000) explica la evolución que la palabra “riesgo” ha tenido desde su aparición en el siglo XVI, de cómo posteriormente llegó a referirse a una amplia gama de diferentes situaciones de probabilidad  e incertidumbre. Y aunque  no es igual a amenaza o peligro, aceptarlo conlleva excitación y aventura.

 

Mas como todo, tiene su lado positivo, es gracias a la generación de adrenalina que conlleva, que es la fuente misma de la energía que crea riqueza en una economía moderna. El riesgo es la dinámica movilizadora de una sociedad volcada en el cambio que quiere determinar su propio futuro en lugar de dejarlo a la religión, la tradición o lo caprichos de la naturaleza. Por esto es tan comprensible que el capitalismo acoja el riesgo. El capitalismo es impensable sin el riesgo.

 

Y como hasta de sus traspiés sacan ventaja, apareció en el mercado el seguro, que se creó como “remedio” o paliativo al temor por el riesgo, puesto que no lo elimina o lo evita, sino que lo intercambia o transfiere a un tercero gracias al pago previo.

 

Giddens tiene a bien explicar el fenómeno  ofreciendo dos tipos de riesgo. El externo y el manufacturado. El primero es aquel que se experimenta como viniendo del exterior, de las sujeciones de la tradición o de la naturaleza; un segundo se refiere al creado por el impacto mismo de nuestro conocimiento, es decir, los directamente influidos por la globalización, por ejemplo. En la actualidad gracias a las predicciones científicas, los primeros han sido adjudicados a los segundos, por el hecho de que ya hay pocos aspectos del ambiente material que nos rodea que no se han visto influidos de algún modo por la intervención humana.

 

Aquí entramos en materia de riesgos propios de la globalización: se derriten los polos,  lluvia ácida, malformaciones genéticas, desastres ambientales, guerras nucleares, desequilibrio  o pérdidas en economía y finanzas, etc. Mi riesgo es tu riesgo, y como se dice vulgarmente, y el de todos los que me llevaré entre las patas,  aunque lamentablemente no sean tan calculables como nos hacen pensar.

 

Existen estratos tan bajos que no se enteran, y consumen los productos (que no pasan los estándares de calidad) que desechan los países primermundistas. Como menciona Einstein[2], el capitalismo no protege los intereses de los grupos no privilegiados de la población.

 

Hay quienes creen en lo que el científico pública, o lo que los medios le permiten publicar, aunque el grueso de la población no comprenda muy bien de qué se trata. Si algún miembro del gobierno, científico experto o un investigador se toma un determinado riesgo en serio, debe proclamarlo. No obstante, en el afán de encontrar responsables  y de mantener al mundo informado, se corre el riesgo de caer, por un lado en el encubrimiento, o por otro,  en el alarmismo. 

 

En la actualidad todo el mundo reconoce ahora el carácter esencialmente variable de la ciencia. Las personas adoptan una decisión en el contexto de información científica y tecnológica incompatible y cambiante. Paradójicamente, como si fuese una moda, tenemos esas oleadas espontaneas de alérgicos al gluten, la lactosa o la glucosa, poniendo de moda la linaza, lo “light” o lo libre de grasas trans; fiebres de consumo, estrategias que manipulan a las masas creando productos-cura e inmediatamente la enfermedad que creará la hipocondría.

 

Muchas veces no hay suficientes pruebas para soportar una afirmación (riesgo manufacturado), de pronto hay quienes creen que son inventos del gobierno para solucionar otros entuertos, y los menos expertos en dichos temas empezamos a interpretar o especular si será  para tanto el ántrax, el SIDA, la influenza H1N1, o  por si acaso el “chupacabras”. La tranquilidad o la neurosis de la población dependen en gran parte de lo que los medios masivos informen[3] y lo que la gente esté dispuesta a creer, no siempre de lo que los científicos descubran.  

 

Además, ya que la ciencia también es perfectible, no hay manera de precisar si el reciente descubrimiento no será derribado por el siguiente, o el siguiente. Otra opción más eficaz de manejar el aumento del resigo manufacturado, para algunos, es el de limitar la responsabilidad adoptando el llamado principio precautorio: actuar en respuesta aunque no haya evidencia científica definitiva sobre las cuestiones medioambientales (y por inferencia, de otras formas de riesgo).  No obstante, el auge o la animosidad de la limitación de uso o consumo no es de gran impacto, la regla de estar cerca de la naturaleza, o de limitar la innovación en lugar de entregarse a ella, no siempre puede aplicarse. La razón es que es imponderable el balance entre el coste beneficio del avance científico y tecnológico (y de otras formas de cambio social).

 

Más allá de encontrar el culpable, de dejarnos llevar o no por las manipulaciones mercadológicas, si hacernos orgánicos, veganos ascetas o no… actualmente no tenemos las instituciones que nos permitan controlar el cambio tecnológico, a nivel nacional o mundial. De qué sirve que existan centenas de organizaciones o sociedades que avalan o certifican productos como sanos, o acciones como “responsables”, si no sabemos hasta qué grado son también manipuladas por  los intereses de las grandes economías[4]. Qué fuerza pueden tener entonces los procuradores de la Salud Social, Salubridad o  la OMS con tales candados.

 

Los riesgos, no terminan aquí, el debate continúa. Milton Santos[5] habla de una crisis que se profundiza y una aceptación de remedios sugeridos, en la que los altos mandos exprimirán a los de abajo con tal de no sufrirla. Por lo tanto, la solución no está en la pasividad para no rozar con el conflicto, la adopción activa de los riesgos es el elemento esencial de una economía dinámica y de una sociedad innovadora. Crear discursos y acciones si no de impacto local, si individual. Tener la inteligencia y la apretura para manejar esos riesgos no nos mantendrá al margen del fenómeno, ¿pero es que acaso hay alguien que viva sin ser tocado por la globalización?

 

 

 

 



Consultados:

www.unonoticias.com

COEPO
[1] GIDDENS, A. (2000) Un mundo desbocado. Los efectos de la globalización en nuestras vidas. Madrid: Taurus.  Cap. II El riesgo, PP. 33-48.
 
[2] Albert Einstein, Ensayo: ¿Por qué socialismo? Primera edición: en Monthly REview, Nueva York, mayo de 1949.
[3] Ibíd. “los capitalistas controlan directa o indirectamente, las fuentes principales de información (prensa, radio, educación). Es así extremadamente difícil,  y de hecho en la mayoría de los casos absolutamente imposible, para el ciudadano individual obtener conclusiones objetivas y hacer un uso inteligente de sus derechos”.
 
[4] “Lo que es transmitido a la mayoría de la humanidad es, de hecho, una información manipulada que en lugar de aclarar confunde. Esto es tanto más grave cuanto, en las condiciones actuales de la vida económica y social, la información constituye un dato esencial e imprescindible (…)” Santos, Milton. Por otra globalización del pensamiento único a la conciencia universal” Bogotá. Convenio Andrés Bello, 2004. Pág. 36.
[5] Ibíd.

 

lunes, 10 de diciembre de 2012

análisis publicitario Sprite



Elisa Gómez Vázquez
Maestra en Ciencias Humanas, catedrática, escritora y cantante

 “ANÁLISIS PUBLICITARIO”


Resumen: El presente texto presenta un análisis publicitario de un anuncio comercial de la bebida de marca “Sprite”. Partiendo de la descripción y el mensaje denotativo, comienza la desenvoltura  del  lenguaje, la iconografía, el mensaje connotativo, la problemática social, los estereotipos y atractivos. La crítica se hace en función de la estrategia, la receptividad y efecto en el público consumidor.

Palabras Clave: imágenes, lenguaje, ícono, producto, prototipo, monotemático.

Abstract: This paper presents an analysis of a commercial advertising the beverage brand "Sprite". Based on the description and message denotative language begins developed iconography, the message connotative, social issues, stereotypes and attractive. The criticism is based on the strategy, responsiveness and effect on consumers. It also addresses the reality of the product, figures are given for the real impact on the consumer from a medical perspective.

Keywords: images, language, icon, product, prototype, monothematic.


Descripción del producto.

“Sprite” es una submarca de la compañía “Coca-Cola Company” S.A. de C.V., reconocida mundialmente de bebida gaseosa con sabor a limón y sin cafeína, aparentemente. Surgió en  respuesta a la popularidad de 7Up, de la competencia. Sprite se presenta en latas principalmente verdes y azules o en botellas con una etiqueta principalmente verde y azul. 

Recientemente han aparecido variaciones sin azúcar “light” y “zero”, en Chile se han producido las versiones para mujer y una para hombre. En Latinoamérica, su lema actual es "Las Cosas como Son". Su último proyecto publicitario presenta la novedad de ser “monotemático”.

Descripción y mensaje denotativo

¢  Aparece en una ciudad caricaturesca un grupo de tres jóvenes que se dirigen hacia una casa a tocar el timbre. Ríen maliciosamente al ver la forma del mismo. Uno de ellos hace ademanes (…), toca el timbre burlonamente.
¢  Una voz juvenil dice “alguien se pregunta por qué eres monotemático” mientras aparece la imagen de la marca. La voz continúa “no importa de qué estés hablando o lo que estés haciendo, todo te lleva a eso” y continúan apareciendo situaciones en las que los jóvenes ríen. Al mismo tiempo sus miradas obligan al televidente a dirigir su atención a lo que ellos ven.
¢  “Es más fuerte que tú, no lo puedes manejar” y una aparente psicoanalista pide a su paciente que le interprete una mancha en una  hoja. El joven le hace un gesto coqueto (le cierra el ojo).
¢  Aparece en primer plano una joven bebiendo “sprite” y unos adolescentes se le quedan viendo. La voz continúa “Aunque estés en las antípodas del tema todo te lleva  de vuelta a eso… a eso… a eso, siempre a eso” y sucesivamente aparecen  las siguientes imágenes.
¢  Aparecen cortos como los siguientes:  dos adolescentes viendo  en un video un tren penetrando en un túnel, adelantan y atrasan varias veces y ríen; un joven en clases metiendo y sacando varias veces una pluma de su tapón; una chica rubia de escote toma de un refrigerador lleno de botellas de sprite, dos de ellas que coloca en sus brazos, una de cada lado, y otro joven la observa;
¢   

¢  La voz continúa “Tal vez si hicieras otra cosa, frecuentaras otra gente… pero bueno, quién te dice que… ser tanto coco, de dedicarla tanta concentración… no encuentres a alguien así como tú… MONOTEMÁTICO”, otra señorita patinando que se distrae al ver que un hombre atlético bombea aire a su bicicleta,  y esta se estrella con un auto.

¢  “SPRITE, LA VERDAD REFRESCA” y termina.


Mensaje Connotativo

¢  Es divertido encontrarle un sentido obsceno a cada cosa que vas encontrando por la vida. No eres el único y por lo tanto AHORA es lo normal. La gente no te comprende y te ven raro.
¢  Eres inocente, que no te culpen por algo que no puedes controlar.  Se justifica.
¢   
¢  Sugiere que las personas con este problema de mal pensamiento u obscena interpretación deberían frecuentar a otra gente que no los haga actuar así. Sin embargo el tono en que lo dice es irónico, y más bien está reafirmando que olvides la posibilidad, porque “bueno, quién te dice…” que tantos esfuerzos no serán recompensados al encontrar a otra persona que también piensa de igual forma.
¢  Un adolescente no puede decir abiertametne que ha tenido relaciones sexuales, o que no lo ha hecho. Así que su lenguaje secreto es encontrar el doble sentido. Es lo más cercano, y posiblemente los demás se den cuenta de que ya no es un niño porque ya sabe cómo se hacen los bebés, y qué hacen las parejas cuando están solas.
¢  Es gracioso porque es prohibido.
¢  Cierra el comercial con la afirmación de que ser honesto, y decir la verdad sobre tu comportamiento es lo mejor, es refrescante. Beber sprite es refrescante, sprite es para personas que dicen esas verdades, que no se averguenzan de ser malpensados,  y que lo disfrutan. El aununcio comercial te está invitando a formar parte de este grupo. A seguir encontrándole el mensaje connotativo a todo. Porque si no eres así, AHORA eres tú el que está fuera de moda, y no eres “cool”.


Estereotipos

¢  Puesto que el principal receptor de este comercial es un adolescente, muestra a la juventud exagerando ese característico carisma. La meta de ser popular causando diversión a los que le rodean, aprovechando cada oportunidad para relacionar todo con el sexo. Porque el sexo es algo nuevo para ellos, porque el sexo está de moda.
¢  Muestra un joven de apariencia “nerd” y poco interesante. Empleándolo de manera incluyente, pues hasta los feos pueden formar parte del clan.
¢  Aparecen dos mujeres jóvenes, bellas; una de ellas bebe sprite; la otra también es “monotemática”, lo que indica no solo que las mujeres también lo son, sino que puedes encontrar a tu alma gemela.
¢  Las mujeres adultas son moralistas, aburridas, y no comprenden lo que pasa por tu mente (la empleada del súper y la psicoanalista).

Crítica
¢  La estrategia de que se vale este anuncio se sostiene de la necesidad de la juventud de pertenecer a un grupo en el cual se sienta comprendido,  y no criticado. Y que lo que para otros es un defecto, para su grupo es algo digno de admiración. Es divertido.
¢  Al consumidor le da por su lado, es decir, le hace sentir que no tiene la culpa de ser así, que no se resista porque no lo puede controlar.
¢  Emplea el tecnicismo “monotemático”, para denotar con “elegancia”  o cientificidad, el  hecho de relacionar  todo lo posible con sexualidad (penetración, genitales, senos, etc.)
¢  Juzga como “correcto” (usando el término “refrescante”)  el asumir y afrontar que son “monotemáticos”.


Conclusión

¢   A pesar de que el anuncio sólo dura 48 segundos, la rapidez con que presenta las imágenes, la música de fondo, y la voz empática, proporciona al consumidor más que un simple rato de diversión. Le proporciona la posibilidad de sentirse bien consigo mismo consumiendo un refresco, de una compañía que le comprende.
¢  Esto es lo que ven nuestros jóvenes, y los no tan jóvenes. La picardía ha existido siempre, pero nunca se le había dando tal aceptación al grado de convertirla en un ícono, en un ideal de persona, y en una manera de socializar. Está de más que diga, que es también para vender.


Referencias





viernes, 7 de diciembre de 2012

Requisitos para ser mujer mexicana



Maestría en Ciencias Humanas
Maestrante: Elisa Gómez Vázquez
Formación de escritores
Requisitos para ser mujer mexicana

“El árbitro considera la equidad,
el juez la ley”.
Aristóteles.

Las sociedades primitivas se caracterizaron por una cosmovisión flexible, que admitía la diversidad como parte sustancial de la vida, como creadora de significados y de belleza. De una manera difícil de explicar hasta para los antropólogos, la mujer tomó el lugar en el hogar, y el hombre el de la cacería y provisión de alimentos.
La ausencia azarosa del cromosoma Y en el ADN, deriva en la definición biológica y fisiológica de un ser, que deberá adaptarse y formarse conforme la sociedad de su tiempo lo exija. Si además, el destino apunta a que la mujer nazca en suelo mexicano, habremos de celebrarlo y lamentarlo.
Para comprender el rol femenino actual conviene remitirnos a la evolución del concepto de propiedad privada y su impacto en instituciones como el matrimonio o la familia. Hoy como antes la mujer es madre, esposa e hija,  y aunque en la superficie se montan escenarios de inclusión e igualdad, en el fondo no se puede acabar con una tradición del machismo y el matriarcado.
Con el desarrollo de la economía, el hombre es asociado a la producción y la mujer a la reproducción, con esto el hombre adquiere ventaja al ser quien genera mayor riqueza para la familia pero además se limita la función de la mujer a la esfera doméstica: el cuidado del hogar y la crianza de los hijos son reconocidos como sus objetivos más elevados. Una mujer que no se casa, es mal vista; que además no tenga hijos, mucho peor. Si trabaja para sí misma, si ya no vive con sus padres, si además tiene un jefe varón, o más aún, si es que ella es jefe de algún hombre (¡!) levantará sospechas, propiciará ataques y envidias,  y enfrentará los estigmas respectivos. los intentos de emancipación se traducen como fracasos que motivan señalamientos y rechazo social.

Contamos con un amplio catálogo de tradiciones machistas, patriarcales y sexistas. La feminidad  por un  lado,  es usar falda corta y tacón alto desde los 15 años, fecha en que una ceremonia ridícula exhibirá  como carne fresca la delicada doncella que será devorada por los lobos; ninguna esfera social dispensa la fiesta. Otro ejemplo son  las bodas: llamar mandilón al esposo es una advertencia de la colectividad, del rechazo que le espera si no logra llevar las riendas de su matrimonio.
Desde los años 70 (o antes) se habla de liberación femenina e igualdad de derechos. Confundidas, algunas mujeres se indignan ante la cortesía de un caballero que las ayuda a bajar del vehículo, les carga la bolsa o les abre la puerta. Que ellas son autosuficientes, que pueden solas, argumentan. Por un lado es cierto que tras el caballero en ocasiones hay un sujeto contando chistes sexistas o golpeando a su mujer, pero por otro lado, también es cierto que ciertas actitudes bien o mal llamadas “feministas” están acabando con la condescendencia ante la vulnerabilidad de la mujer, la escancia  masculina,  la amabilidad y el respeto.
Sencillo ejemplo es el uso cotidiano de vocablos de género femenino empleados para ofender, desde el sencillo “vieja”, hasta las connotaciones ofensivas de “madre”, “la chingada”, “chingadera”, “puta madre”, etc.  La mujer misma dice “esa tipa”, “esa vieja”, y habrá quien se sienta ofendida; pero si el hombre lo dice, pocas son los que reniegan del término.Entre nosotras nos  ofendemos y destruimos, en vez de solidarizarnos por nuestra condición humana.
La hembra, el símbolo sexual, piernas largas, gran estatura, delgadez, amplias caderas, senos voluptuosos, maquillaje, escote, accesorios, perfume, cabello largo, sensualidad, delicadeza… cualquier otra cosa no merece admiración, de eso para abajo son “viejas” y todas están “locas”, cualquier queja es un berrinche, toda emoción es Síndrome Pre Menstrual. Si flaca, es “anoréxica”; si pasada de peso, no se quiere a sí misma. No acceder al contacto sexual, es propio de una frígida, mojigata, santurrona, apretada; si consiente, es una puta, ninfómana, enferma e insaciable.  Tras el matrimonio ocultar escotes,  holgar el guardarropa, ahora  sumisa y discreta, propiedad privada.  Si ella es infiel, no merece ser perdonada y hasta la propia familia le reprobará; mas el hombre es “hombre”, y se le tolerarán sus aventuras.
La sociedad civil  ansiosa de modernidad exige reformas legales, primero el derecho al voto, la planificación, el aborto… crea términos incluyentes, vagones rosas, asientos preferenciales, apoyos económicos gubernamentales. , en su afán de modernidad, las recientes generaciones (“globalizadas” además) han descargado tareas al género femenino:  ya existen empresas que se dedican a ello, y  esos quehaceres tan “simples” ya pueden ser pagados hasta por las y los obreros. No obstante, son solo paliativos, en el fondo  teme al cambio, quiere permanecer igual, se protege. Hombres y mujeres temen los alcances de este liberalismo, se habla del “apocalipsis”, de lesbianismo y homosexualidad, del fin de la humanidad, de un descontrol en la escala de valores.

Por décadas hemos buscado soluciones prácticas a los problemas cotidianos, y a final de cuentas resultan ser solo paliativos  para sacarnos del apuro, para alzarse el cuello, ganar adeptos votantes, para que “las viejas” se callen y ya no “chillen”, para lucir civilizados. Así, que entre todos  limpien la casa, a los hijos que los eduquen  las escuelas o las guarderías, comer de una lata o en la calle , la ropa a la lavandería. Pero ¿quién continúa cargando la culpa, los valores y estigmas  que recaen sobre la mujer? ¿Quién querría tomar su lugar? ¿Dónde está el talón de Aquiles de esta tradición milenaria?