miércoles, 31 de octubre de 2012

Ensayo sobre identidad mexicana



“Y retiemble en sus centros la tierra 

 “El engaño es la más constante moneda de curso
que intercambiamos en el mundo entero,
con ella, identidad se adquiere;
Y al navegar, amparo se compra”.
Joel Cantú E.
Ensayo sobre la identidad
Por Elisa Gómez Vázquez

Para declararse mexicano, uno debe serlo  más que de nacimiento,  de aculturación. No basta haber nacido aquí, ni haberse nacionalizado, o ser hijo de mexicanos. El  hijo de extranjeros que nace aquí  pero nunca se quedó a vivir su nacionalidad, puede adoptar otras idiosincrasias; el que se nacionaliza, tiene cierta posibilidad de aculturarse, y con ello, adoptar las tradiciones, vicios y costumbres de este país; el que es hijo de mexicanos y lo llevan lejos, hereda de sus padres esto que traemos en el habla, en la cara y en el sentido del humor, y que nos hace diferentes a todos los habitantes de este planeta.
Octavio Paz, en su ensayo “Mascaras mexicanas” presenta sus reflexiones sobre las caretas que él y la mexicana contemporáneos, usamos para ocultar o disimular la pureza de nuestro sentir, pensar, actuar y devenir.
México, país con alma. Pero con un alma atormentada por las tiranías prehispánicas, y el saqueo gachupín.  País colorido, rebelde pero agachado; florido pero pisoteado; folklórico pero contaminado: cósmico pero enmascarado; ortodoxo pero permisivo.
Mexicano celoso de su intimidad, rejego a la socialización abierta y confesa. Practicante de un lenguaje tradicional colmado de metáforas, frases populares y albur. La cultura del piropo y el chiste sexista.  Las trampas verbales  e ingeniosas, combinaciones lingüísticas que confunden y atrapan en una red.
Un modo de habla que estigmatiza,  colmado de denominaciones y títulos que reflejan un carácter,  en su literatura y su folklor.  Donde lo importante es siempre herir al contrario. Ente social que reacciona por su preservación y defensa.
Paz dice que los mexicanos nos apropiamos de formas ajenas, amantes de la desnudez pero con hostilidad y recelo. La frecuencia con la que usamos el sarcasmo, la ironía, la sátira es una insistencia de ocultar mensajes. Y que no obstante, nos jugamos sucio a nosotros mismos, nuestra espontaneidad se venga de la represión.
Mexicanos amantes de la forma cerrada, verdugos de lo que se raja o se abre. Lo vemos en  la reproducción artesanal, amante del orden, obediente de ciertos principios. Perseguidor de la estabilidad y la seguridad, servidores de esas máscaras.

Ser mexicano no siempre es un orgullo, tenemos una larga cola varias veces pisoteada.  Nos pisoteamos entre nosotros; el mexicano se pisotea a sí mismo. La concepción de la vida es un sufrir, tanto hombres como mujeres jugamos el apremiante juego de “la basurita”: donde nos tiramos para que nos levanten, y si no nos levantan, mejor.
De ese hacernos las víctimas es que toma sentido el “¡ya vine a molestarte, comadrita!”, o el “mesero, lo molesto con un vaso de agua…” el “ya vine a darte lata”, el emplear insultos como pseudónimos o  muestras de afecto. Simpatizamos con el otro al jugar a hacer sentir al interlocutor una víctima. En qué problema metemos a los traductores, sobre todo europeos u occidentales, cuando deben subtitular cine mexicano o literatura contemporáneos.
En cuanto a la mujer. Es tema aparte. Ella es una sufrida, imagen indirecta de su señor marido o padre. Objeto sin voz, sin deseos propios, pecadora, sin voluntad. Mujer que espera y desdeña. Piadosa, dura y estricta. De sexo rajado, como dice Octavio Paz, maldito.
Mujeres mexicanas que niegan su sexualidad, su cuerpo. Propicias a cánceres. Vulnerables, generadoras y multiplicadoras de machismo, simpatizantes de la cosificación de nuestros cuerpos. Partidarias de ser lomos depositarios de valores, moldes de otras generaciones de mexicanos enmascarados.  Papel protagónico en la epístola matrimonial.
Mujer reproductora de acusaciones y caretas. Reprobación y escándalo familiar ante la mujer cosmopolita que decide no casarse: amasiato; o no tener hijos: machorra. Escándalos que se traducen en  verdaderos reclamos de tener incrustadas las máscaras de la tradición, el orden  y la moralidad.
Leer a Octavio Paz, me hace recordar mucho esas canciones rancheras que presentan al macho enamorado, a la mujer piadosa, y/o la contraparte, a la mujer burlesca del amor masculino y su debilidad, vista como hipócrita, malvada y rapaz.
De ahí la evasión de una relación sincera. Miedo al abandono, odia a sí mismo por ablandarse para con el otro. A que el otro nos viole, más que conquistarnos. Y vuelta al placer de la victimización.
Por otro lado, el mexicano se disfraza también de patriota; tiene también la máscara solidaria, esa que tiende la mano ante la desgracia del país vecino; orgulloso de sus artistas, deportistas y científicos. Los mexicanos somos celosos, escribimos ensayos sobre la identidad en los que nos enorgullecemos de nuestro patrimonio  histórico. Nos jactamos de poseer una gran riqueza  cultural,  aunque la gran mayoría resuma en tequila,  tacos y banderitas tricolor su nacionalismo.
El mexicano se educa, se instruye, incluso se autoanaliza conforme las sociedades se van modernizando, y nos hacemos conscientes de nuestras máscaras. No obstante, la esencia permanece, exageramos en la mentira y caemos en la sinceridad;  exageramos en la sinceridad y  resolvemos en formas más refinadas de mentira (parafraseando a Rodolfo Usigli).
Disimulamos todo, nuestra naturaleza maligna y benigna. Transparentamos la presencia del otro, nos ninguneamos. Nos inyectamos de soberbia, nos negamos, nos mimetizamos pero permanecemos siendo nada.
No es fácil ser mexicano. Uno no puede descansar a pierna suelta, nomás. Uno se anda cuidando de que no le pasen por encima, aún por encima de su papel de pobre, de martirizado. Ser de este devenir histórico y cultural; no todos conservamos los recuerdos, pero sí una memoria ancestral que se deja ver en todas estas conductas sociales. México: donde matamos a los héroes, para alzarles monumentos. México: tan faltos de todo y tan llenos de máscaras.




martes, 30 de octubre de 2012

enlaces a capsulas informativas

http://www.youtube.com/watch?v=8aXR-aKhdCQ
 Este es un elace a una cápsulita que grabé.
http://www.youtube.com/watch?v=K5wt-b2X_uE&feature=relmfu
 http://www.youtube.com/watch?v=nx9qUHTyepU


lunes, 22 de octubre de 2012

La importancia de la ortografía

Elaborando un programa para un curso-taller de lingüística con énfasis en  ortografía, me topé con el requisito de justificar la enseñanza de la materia en cuestión... pensé en muchísimas buenas razones, muy largas de describir en este breve espacio. Por lo anterior resumo:



La importancia del dominio de la ortografía radica en la necesidad de transmitir mensajes con precisión y claridad. El uso correcto del lenguaje denota conocimiento del origen de las palabras, un nivel de cultura general muy por encima de “lo general”. Su buen ejercicio combate la ambigüedad de significados provenientes de la homofonía, facilita la lectura, embellece los escritos, y , en casos en que la caligrafía no es muy buena, hace menos dificil descifrar los vocablos por la forma de los trazos.

Decenas de veces el poder de inducción y deducción que proviene del conocimiento de la lengua me ha sacado de apuros: en las recetas médicas, por ejemplo; agradezco que la mayoría de los médicos tengan buena ortografía aunque no tan buena letra.

Agradezco y celebro a quienes pueden y deben diferenciar el "iba" del verbo "ir", del IVA (Impuesto al Valor Agregado); a quienes distinguen entre el pueblo de Berga, y el mástil de un barco: verga. Un aplauso para quien sabe escribir correctamente los números de más de dos cifras, y para los que pueden escribir y pronunciar "conyuge" sin hacer sonar una "g" de sonido fuerte; de igual modo, indignarse un poco a sabiendas de su sometedor significado.

Mi admiración y agradecimiento a las personas que se solidarizan en preservar el estudio de la lengua conscientes y comprensivos de su constante cambio. Salud por los que consideran el recto uso de la escritura, síndrome del buen gusto.

lunes, 15 de octubre de 2012

Comprender que seremos incomprendidos



Elisa Gómez Vázquez
Catedrática, escritora y cantante
3
“EL QUE MATA A UN PERRO SE VUELVE MATAPERROS”
“COMPRENDER QUE SEREMOS INCOMPRENDIDOS”
“el carácter distintivo de la indignación moral sigue siendo
el  instintivo deseo de devolver pena por pena”
Edvard Westermark, sociólogo francés.

Resumen:  A continuación se resume el capítulo VI “Enseñar la comprensión” del sociólogo y filósofo francés Edgar Morín. En este capítulo se proclama la primacía de enseñar una comprensión profunda del “ser” humano.  Plantea los obstáculos que tenemos los seres humanos para relacionarnos y comprendernos, la necesidad de humanizarnos, y  de ser conscientes de la complejidad en que estamos inmersos. Marca la diferencia entre lo que es tolerancia y comprensión, y de la urgencia de una reforma planetaria de las mentalidades.
Palabras Clave: comprensión intelectual, comprensión humana, egocentrismo, etnocentrismo, sociocentrismo, espíritu reductor, bienpensar, retrosprección, autocritica.
Abstract: The following text summarizes Chapter VI "Teaching understanding" by  french sociologist and philosopher Edgar Morin. This chapter proclaims the primacy of teaching a deep understanding of the human “being". It  contains the obstacles that humans have  to relate and understand each other,  the need to humanize, and being aware of the complexity in which we operate. Talk about  the difference between tolerance and understanding, and the urgency of a global reform of mentalities. 
Keywords: intellectual understanding, human understanding, egocentrism, ethnocentrism, sociocentrism, spirit gear, wellthinking, retrospection*, self-criticism.

Aun cuando  las tecnologías nos dotan de medios y herramientas para comunicarnos mejor, crecen los abismos de la incomprensión. Estamos ante un panorama de multiculturalidad, las fronteras geográficas han sido acortadas, ahora pueblos y culturas diferentes se relacionan con más facilidad, y ante esto surgen confusiones y conflictos. Por otro lado, la cercanía genera  la incomprensión en círculos más pequeños en sociedad, malos entendidos, celos,  agresividades, etc.
Enseñar la comunicación entre las personas podría garantizar la solidaridad intelectual y moral de la humanidad.   Edgar Morín no se refiere a la comprensión académica (que de por sí tiene sus baches), sino a la comprensión humana.
La comprensión humana va más allá de la inteligibilidad, y de la explicación del ser. Requiere de la apertura, la simpatía y la generosidad. De identificarse con el otro, empatizar y proyectarse.
2. UNA EDUCACIÓN PARA LOS OBSTÁCULOS A  LA COMPRENSIÓN.
Los obstáculos de la comprensión comienzan en la intelectualidad, y van complicándose: desde el ruido, la polisemia de nociones; la ignorancia del otro y sus valores; los contrastes y enfrentamientos entre cosmovisiones, moralidad, leyes, filosofías, estructuras mentales y concepciones del mundo. 
A esto  se suma el egocentrismo, la autojustificación, la autoglorificación y el culpar al otro.  El ser  humano ejerce ideas preconcebidas, racionalizaciones, o creencias religiosas, cae en el vicio de la manipulación de las palabras, actos percepciones, y recuerdos de sí mismo. Y al no comprenderse y estudiarse a sí mismo con sinceridad, es imposible comprender al otro.
Y no es que del todo el individuo sea “culpable” absoluto de sus histerias y delirios,  la actitud es colectiva. La raíz de las xenofobias y racismos son fenómenos de grupo. El etnocentrimso y el sociocentrismo se ve en todas las culturas de una u otra forma. El conjunto de premisas arbitrarias dentro del grupo social o étnico genera incomprensión al exterior, indignación y cerrazón.
Las dificultades de la incomprensión radican en el reduccionismo. Caemos en los extremos de etiquetar como negativo, o positivo del todo.  Entonces se ignora la dualidad del ser.
3. LA ÉTICA DE LA COMPRENSIÓN.
“La ética de la comprensión nos pide comprender la incomprensión”,  incluso juzgar de limitado de entendimiento a l otro nos proyecta como tales. De modo que la actitud opuesta es comprender que seremos incomprendidos en la misma medida en que no comprendemos al otro. Entonces la actitud que se debe tomar  en vez de excomulgar y anatematizar, es abrirnos al extravío propio y el del otro, el bien pensar y la introspección: “Si sabemos comprender antes de condenar estaremos en al via de la humanización de las relaciones humanas” (MORÏN)
4. LA CONCIENCIA DE LA COMPLEJIDAD HUMANA.
Como ser humano imperfecto y vulnerable al error, tendemos a comprender por conveniencia o solo si nos identificamos con ciertas situaciones. No es un hábito universal ponernos en el zapato del otro, de ahí que al que mata un perro se convierte en mataperros.
En cuanto a la tolerancia, no basta ser indiferentes, no basta obligarnos a asumir el sufrimiento de aceptar lo opuesto a nuestra voluntad. La interiorización de la tolerancia implica una convicción, una fe, una  elección ética y al mismo tiempo la aceptación de la expresión de las ideas, convicciones, elecciones contrarias a las nuestras.
5. COMPRENSIÓN, ÉTICA Y CULTURA PLANETARIAS.
Magoroh Maruyama  menciona que las mentalidades dominantes son etno o socio céntricas, es decir más o menos cerradas con respecto de las otras culturas. Pero también hay dentro mentalidades abiertas, curiosas no ortodoxas, marginadas y mestizas (…)
La mundialización debería servirnos para ampliar el panorama y los aprendizajes. La verdadera mundialización que nos beneficiaría a todos sería la comprensión. Para comprenderse entre culturas es necesario  pasar por una meta estructura de pensamiento. El desarrollo de la comprensión necesita una reforma de pensamiento “reforma planetaria de las mentalidades”.
Conclusión:
Considero que la educación en general (no necesariamente académica), debe ser como decía Rosseau, el camino idóneo para crear ciudadanos libres, conscientes de sus derechos y deberes (…). Que sea este mismo medio el que enseñe la comprensión, con el ejemplo, con el ejercicio en la vida cotidiana, y empezando por uno mismo.  Con perdón de la cacofonía y la redundancia Ser seres humanos más humanos.

Nota: Hago notar que Edgar Morín no usa el término “Globalización” o “global”, sino “planetaria”.

MORIN, Edgar (1999). “Enseñar la comprensión”. En los siente saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO, Medellin, Colombia., pp. 47-53.


viernes, 12 de octubre de 2012

conocimiento pertinente



Elisa Gómez Vázquez
Catedrática, escritora y cantante
2
“Conoscenze sul divorzio”
Recomendaciones para un conocimiento pertinente

" A Usted como le gustan los toros?
- A mi los toros me gustan en adobo con su salsita borracha"
En “Ni Sangre ni arena”, Cantinflas

Resumen: El siguiente escrito contiene una paráfrasis sobre el Capítulo II “Los principios de un conocimiento pertinente” de la obra de Morin. En él se plantea la hipótesis de que el contexto, lo global, lo multidimensional y lo complejo, en la generación y transmisión de un conocimiento han de ser claras, advertidas y bien abordadas para que este sea pertinente.  Se plantean las problemáticas que se generan ante la hiperespecialización de las áreas de estudio, y los factores que intervienen. Se cuestiona la funcionalidad del conocimiento especializado.
Palabras clave: contextualización, pertinencia, conocimiento, inteligencia general, antinomia, disyunción, etc.
Abstract: The following text contains a paraphrase about the Chapter II "The principles of a relevant Knowledge" by Morin. Here is explaining his hypothesis about  the context, globalism, multidimensional and complex , in the generation and transmission of knowledge. Such  must be clear, well noted and addressed  to get  relevance. He proposes that  too many problems about knowledge  are generated because hyper-specialization, on the study areas, and the factors involved. It questions the functionality of expertise.

Keywords: contextualization,  pertinence, knowledge, general intelligence, antinomy, disjunction, etc.

v    
Conforme las autoridades científicas y académicas pretenden civilizar la orbe, van haciendo del mundo de la información un entramado impenetrable y disfuncional. Con la  especialización del conocimiento,  logra divorciar los saberes de la realidad.
La información aislada ya es insuficiente, por ello la educación debe contemplar:
-       Contextualizar los saberes (el contexto).
-       El conocimiento desde su  origen; el todo y sus partes (lo global).
-       Reflejar su imagen propia (lo complejo).
-       Lo inseparable (lo complejo)
Morín explica que la educación debe conducir a que el individuo se empodere de la inteligencia general, ya que esta permite  la apropiación del conocimiento para la toma de decisiones. Con ello el individuo aumenta su capacidad predictiva y deductiva. De lo contrario, el individuo solo presentaría conceptos no digeridos que no servirían para la solución de problemas. 
En el propósito anterior, se debe buscar superar los obstáculos que genera la complejidad del conocimiento, ya que dichas antinomias vulneran la veracidad del mismo, e impiden la vinculación.
Dentro de los problemas derivados de estos paradigmas se encuentran los siguientes:
-       Se pierden las aptitudes naturales para comprender la globalidad de la realidad. Impide tratar los problemas con particularidad. (disyunción). Todo se calcula y formaliza. Se dificulta o imposibilita la solución de los mismos.
-       Suprime o reduce la inventiva y la creatividad. Etiqueta, encasilla, y los problemas solo aumentan, las crisis  son crónicas y no derivan en solución de problemas.
-       Deshumanización.  Aumento de daños colaterales en las soluciones técnicas “racionales” (falsa racionalidad)
Conclusión: Para que un conocimiento sea pertinente debe contemplar la complejidad en la que existe. La toma de decisiones sobre saberes descontextualizados trae consigo resultados parciales, divorciados o “pirata”. Que el conocimiento no se deshumanice.

MORÏN, Edgar (1999). “Los principios de un conocimiento pertinente”. En los siete saberes necesarios para la educación del futuro, UNESCO, Medellín, Colombia, pp. 14-20